Constantemente en mi consulta suelo escuchar la pregunta: ¿Sus dietas provocan rebote? Incluso algunos comentarios como: esas dietas provocan rebote y por lo frecuente de esta pregunta decidí escribir sobre el efecto rebote.
Empecemos por definirlo:
Efecto Rebote:
Llamado también efecto yoyo o simplemente rebote a la reacción inversa, adversa, indeseada o secundaria producida por un organismo al retirar estímulos de diversa índole.
Démonos cuenta que, si el efecto rebote se produce al retirar un estímulo, al suspender una dieta y regresar a la alimentación habitual recuperaremos el peso de nuevo porque una dieta para perder peso está basada en una restricción de calorías y un aumento de la actividad física para forzar al cuerpo a gastar las reservas de grasa y de esa forma logramos perder peso.
De esta manera mientras mantengamos la restricción de calorías vamos a mantener el peso, pero en el momento que suspendemos la actividad física y aumentamos la ingesta de calorías pues empezaremos a ganar peso de nuevo. Taraaan! Ese es el efecto rebote.
Note usted mi lector querido que esto sucede independientemente del tipo de dieta que lleve, esto no depende del especialista que dicte su dieta, si de usted en cuanto a su disposición para que estos cambios en sus hábitos que usted hace de forma temporal, se vuelvan permanentes y de esa forma poder perpetuar su pérdida de peso.
Al responderle de esta forma la siguiente pregunta que me hacen mis usuarios es: ¿Debo estar a dieta permanentemente – Noooo! – solo debemos hacer ajustes y colocarnos algunas reglas que son muy importantes para poder mantener nuestro peso.
Una de estas reglas por ejemplo es no exceder el límite de calorías requeridas de acuerdo a nuestro peso, talla y edad. Pero, claro para eso es necesario la ayuda de un especialista que nos pueda ayudar con estos datos, con un plan de alimentación correcto y una rutina de ejercicio de acuerdo a nuestra resistencia física (pero ese ya es otro artículo)
De regreso al tema una vez definido que es el efecto rebote es importante saber cómo combatirlo; y aquí corresponde regresar un poco hacia el tiempo cuando empezamos a subir de peso qué cosas hacíamos con frecuencia que nos dieron como fruto un aumento en nuestra masa corporal, desde allí partiremos.
Estas cosas que hacíamos con frecuencia se llaman hábitos, también se les dice costumbres.
Un HABITO: No es más que un patrón de comportamiento que has creado en base a la repetición constante, es sinónimo de costumbre.
COSTUMBRE: manera habitual de obrar de una persona, animal o colectividad, establecida por un largo uso adquirida por la repetición de actos de la misma especie.
“Se levanta temprano por costumbre”
Para los fines de este articulo a pesar que hábitos y costumbres están íntimamente relacionados me quiero referir a las costumbres.
Generalmente hay un alto índice de fracaso en los programas de pérdida de peso, se estima que al rededor del 81 por ciento de mujeres que se someten a un programa de pérdida de peso fracasan y en los varones es bastante parecido.
Como especialista en nutrición mis pacientes no están lejos de esta realidad y esa es la razón de este artículo. Estoy en la tarea de tratar de encontrar en donde está la falla de los programas ya que estos índices de fracaso se dan a todos los niveles, desde las personas que se ponen a dieta por su cuenta hasta las que están en programas reconocidos y de grandes presupuestos.
Para desenmarañar un poco esta lana tenemos que tomar algunos factores en cuenta y trataremos de describir algunos y además de ver qué acciones podemos tomar para corregirlos.
Primero hago referencia que los índices de obesidad a nivel mundial aumentan de manera alarmante y se ha convertido en una de las grandes enfermedades del siglo, se dice que desde 1975 la obesidad se ha triplicado en el mundo.
Hasta el 2016 el 40 por ciento de la población está en sobrepeso y un 13 por ciento está en obesidad, los índices de Hipertensión Arterial Y DIABETES están alarmantemente en constante aumento y dichas enfermedades están íntimamente relacionadas, quiere decir que si aumentan los índices de obesidad aumentan los índices de hipertensión arterial y diabetes mellitus.
Muy importante preguntarnos en qué momento estos niveles se dispararon y aún más importante porqué se dispararon.
¿Qué fue lo que pasó de 1975 en adelante? Pienso… leo, analizo, estudio y vuelvo a pensar y dialogo con gente mayor y encuentro que antes había menos comodidades, las familias eran numerosas y los padres formados de ese tiempo para acá se cansaron del sufrimiento y las costumbres que fueron inculcados en ellos cambiaron a costumbres más livianas, como por ejemplo el levantarse temprano, el caminar para ir a tomar un trasporte, comer racionadamente, los niveles de control que había en ese tiempo eran mayores.
¿Cuál es el problema ahora?… son varios y trataré de irlos describiendo (aunque no todos en este artículo) y, espero, en este proceso no herir susceptibilidades, por el contrario, espero que el conocimiento sirva para encontrar el origen de nuestra obesidad o sobrepeso y darle solución.
El punto toral aquí es que hubo un cambio de hábitos de 1975 para esta fecha. Levantarse temprano, comer moderadamente ya no es importante, además están de manifiesto “las heridas del alma que se quieren sanar con la ingesta desmedida de comida” pero este es tema de otro artículo… si lo sé ya llevo varios.
Pero bueno siguiendo con el tema cuando nosotros iniciamos un plan de pérdida de peso, lo hacemos pensando en cambios temporales y allí radica el graaaan error, mis queridos estos cambios deben ser permanentes, y sugiero que al iniciar un plan de pérdida de peso los cambios no sean bruscos por el contrario que sean paulatinos.
Además cien por ciento consientes que le demos tiempo al cerebro para poder procesarlos y que haga las correcciones de las costumbres que debemos cambiar, si así es para evitar el efecto rebote debemos iniciar nuestro programa de pérdida de peso cambiando nuestras costumbres a fin de que al llegar a la meta de peso planeada y finalizar nuestro programa de perdida nuestro cerebro ya este programado para que los cambios que deben ser necesariamente permanentes, sean la base para evitar el indeseado efecto rebote.
Finalizo este articulo con algunos puntos que debes tomar en cuenta para que tus cambios sean exitosos:
- Busca ayuda profesional: eso te ayudara a que los pasos iniciales sean pasos firmes y certeros.
- Ten una mentalidad abierta a los cambios: somos seres en constantes cambios físicos, estos deben ir acompañados de cambios también en nuestras costumbres. Somos muy reacios a los cambios muchas veces por miedo a lo desconocido y a dejar nuestra zona de confort y preferimos acomodarnos a patologías potencialmente mortales, resignarnos a tomar cuantas pastillas nos pongan por enfrente que armarnos con un par de tenis, unas claras de huevo y una zanahoria y agarrar los cambios por los cuernos, una vez pasado la etapa inicial, lo demás es cuesta abajo.
- Inicia con la regla de los 21 días para formar costumbres nuevas: pero recuerda que estos 21 días solo se forman las costumbres en el cerebro, debes seguir aplicándolos con constancia para que se desarrolle, es como que sembramos una planta en 21 días, debemos regarla practicándolos a diario para poderlos fijar y hacerlos parte de nuestra necesidad diaria como bañarnos, tomar café…etc.
- Recordar que llegar a la meta de pérdida de peso solo es el principio, en este punto debemos iniciar nuestra batalla contra el rebote. Este paso es importante porque aquí generalmente el paciente decide avanzar solo y es cuando más necesita ayuda para poder traslapar la comida de dieta a la alimentación saludable… ¡Sí! Saludable eso no significa estar a dieta.
Saludable solo significa comer sano, pero no baja de peso, eso solo le permite no recuperar el peso perdido.
Espero haberte orientado un poco sobre el efecto rebote y como iniciar un estilo de vida saludable.
Gracias por leerme, hasta el próximo articulo.